Mi Visión sobre "La isla Bajo el Mar"

05.02.2012 21:45

Mi visión sobre "La Isla bajo el Mar" de Isabel Allende

 
Prefacio y confesión. Nunca me hubiera animado a escribir esto si no me lo hubieran impuesto, pero puesto que me encantó lo que emanó de mis dedos, aquí lo comparto contigo. Espero que te guste y te dé curiosidad por leer este bello libro que me cautivó por su título y la excelente ilustración de la tapa. Aquí va:
[1]La Isla bajo el Mar” es una novela histórica-social ambientada en Santo Domingo del siglo XVIII. En ella, la autora chilena, Isabel Allende, narra la desafortunada historia de la esclava Zarité Sedella quien luchará incesantemente por  conseguir su felicidad y más aún su ansiada libertad. La historia presenta dos escenarios geográficos principales; la isla de Saint- Domingue, en donde transcurre la mayor parte de la vida de la protagonista y también escenario de la revolución de esclavos que posteriormente daría origen a la creación de la primera república independiente negra, Haití; mientras que el segundo espacio geográfico es la ciudad de Nueva Orleans en Louisiana, hacia dónde escapan los colonos de Saint- Domingue junto a sus esclavos una vez que Haití consigue su independencia, entre ellos Zarité y su amo, Valmorain.
 
La protagonista de la novela, Zarité Sedella,  es una mulata que ha vivido en carne propia durante mucho tiempo los maltratos infrahumanos de la esclavitud; desde que fue vendida a los nueve años hasta después de convertirse en madre, sus pensamientos y sentimientos se canalizarán hacia un único anhelo: La libertad. Este afán fue siempre tan ferviente que incluso luchará para asegurar la libertad de su pequeña hija: Rossette quien creció alejada de sus raíces, avergonzada de su origen pero finamente educada gracias a los sacrificios de su madre. Zarité quiso e hizo que la vida de su hija fuera mucho mejor que la suya.   
 
La Isla bajo el Mar” es una novela netamente femenina, no sólo porque el personaje central es una criatura de múltiples facetas, Zarité es mujer, es madre, es amante, es esclava, es amiga, es aprendiz, es maestra, es hermana, es revolucionaria, es criada y a veces es ama; sino porque a través de este mismo personaje Allende logra recrear distintas cualidades femeninas, Zarité se muestra compasiva con el amo que abusa de ella todas las noches, pero a quien nunca dejará de cuidar ni de ser leal; es noble con su ama a quien atormenta una terrible depresión y a pesar de los maltratos, Zarité se encargará de hacer de Maurice, su hijo, un hombre de bien.
 
En este universo abundan las heroínas. La señorita Violette, una fina mulata emancipada se encargará de formar a Zarité como criada. Violette se dedica a la prostitución, pero aún así es una de las mujeres más respetadas y admiradas de toda la ciudad. En ella se refleja esa sutil manipulación que ejercen las mujeres sobre los hombres. Con su belleza Violette influye en sus amistades masculinas, es consejera de capitanes y almirantes, no es sólo un instrumento de placer, ella provee de entretenimiento y cultura a sus visitantes. Junto a ella Loula, la fuerza bruta, la negociante, la protectora, se encargará siempre de velar por la seguridad de Violette. Loula es la representación de la mujer solitaria que ha preferido amar como madre en vez de amar como mujer. Tante Rose será la figura materna y protectora de Zarité quien representa la sabiduría, y como ella, otras tantas: Tante Matilde, Celestine, Eugenia, Hortense, incluso la propia Rossette que por un instante consigue arrebatarle el protagonismo a su madre.
 
El lector conoce a Zarité a través de las hojas de su diario. Estos monólogos interiores son a veces filosóficos, a menudo Zarité se cuestiona el por qué de su destino. Estos pasajes, siempre titulados “Zarité” y escritos en letra cursiva, sirven para que ella se desnude completamente, deja conocer sus anhelos, narra sus días y sobre todo le reza a Erzuli, la diosa del amor y la belleza en el vuduismo haitiano. Zarité reza siempre día a día durante toda su vida añorando fervientemente que Erzuli la rescate de esa vida opresiva, incluso le atribuye un milagro:
[2]Cada vez más desprendida, ya no sentía los latigazos en los huesos ni el ruido de las piedras en la cabeza. Un paso más, una hora más. “Erzuli, loa de la compasión, ayúdame” De pronto, cuando se le doblaban las rodillas, el corrientazo de relámpago la sacudió desde el cráneo hasta los pies, fuego, hielo, viento, silencio. Y entonces vino la diosa Erzuli como una ráfaga poderosa y montó a Zarité, su servidora.
 
En estos monólogos también se deja entrever la preocupación constante de Zarité por los niños que están bajo su cuidado, su hija y el pequeño Maurice, quienes compartían el mismo padre sin saberlo. Otro rasgo distintivo en estos pasajes es la oración inicial o final en los monólogos de Zarité. “Así me lo contaron” es la frase que deja constancia que sus relatos no son inventos suyos sino son más bien simples chismes de esclavos. “Así lo recuerdo” es la frase que emplea para narrar sus memorias y cuando inicia con la frase “Así fue” busca la credibilidad de su lector.
 
En conclusión, La Isla bajo el Mar ofrece perspectivas históricas, sociales y humanas sobre la revolución de Haití, la libertad y la vida en general. Curiosamente, la historia se desarrolla a través de la mirada de una joven que por su condición de esclava no es un personaje célebre ni importante en su comunidad, no ocupa cargos públicos ni tampoco es la artífice de ningún acto heroico, sin embargo su existencia tuvo un propósito, su vida fue contada en un libro y aunque Zarité no exista en la historia haitiana, sin duda existe en todas las mujeres que luchan día a día por liberarse a sí mismas. 


[1] ALLENDE, ISABEL; La Isla bajo el Mar; Barcelona, Plaza & Janés; 2009.
[2] Ibídem;  p.120